IN MEMORIAM: ROSARIO SALINERO DE GAGO (1932-2025)

Una Vida de Servicio, Emprendimiento y Amor 

El Club Rotario de Panamá lamenta profundamente el fallecimiento de nuestra querida Rotaria Honoraria Vitalicia, doña Rosario Salinero de Gago, quien partió dejando un legado imborrable de servicio, entrega y compromiso con los valores que distinguen el espíritu rotario. 

De Salamanca a Panamá: El Inicio de una Gran Historia 

Nacida en Guijuelo, Salamanca, el 29 de mayo de 1932, Rosario Salinero Martín llegó a Panamá siendo muy joven, tras el fallecimiento de sus padres, Ruperto Salinero y María del Rosario Martín Mateos. Acompañada por su hermana mayor Teresa, la joven Rosario no tardó en hacer de esta tierra su hogar definitivo, rechazando planes ajenos para forjar su propio destino. 

Su vida cambió para siempre cuando comenzó a trabajar en La Bizkayna, donde conoció a quien sería el amor de su vida: don Lázaro Gago. El 6 de junio de 1954, en una ceremonia en la entonces inacabada Iglesia del Carmen, iniciaron juntos un camino de amor, trabajo y servicio que perduraría hasta el último de sus días. 

Empresaria Visionaria en Tiempos de Cambio 

El 8 de noviembre de 1963, los Gago Salinero inauguraron el Supermercado Panamá en Betania, emprendimiento que marcó un antes y un después en el comercio nacional. Doña Rosario, lejos de limitarse a un rol secundario como dictaban las convenciones de la época, se convirtió en una fuerza innovadora que introdujo productos nunca antes vistos en los estantes panameños. 

Posteriormente, desde la Distribuidora Gago, S.A., demostró que el liderazgo femenino en los negocios podía transformar el panorama comercial del país. Su carácter fuerte, su visión innovadora y su ética de trabajo inquebrantable rompieron todos los estereotipos de la mujer de los años 60, abriendo camino para generaciones futuras de empresarias panameñas. 

El Corazón de una Familia Ejemplar 

Junto a don Lázaro, formó una familia ejemplar con sus tres hijos: Ricardo, José Alfonso “Pepe” y María del Carmen. Como madre, supo equilibrar magistralmente la exigencia con el cariño, inculcando valores fundamentales como la honestidad, el trabajo disciplinado y la empatía hacia el prójimo. 

En palabras de su hijo Ricardo: “El principal legado de nuestra madre ha sido enseñarnos a mantener siempre nuestras prioridades en orden: Dios, la familia, el trabajo y la Patria”. Este orden de prioridades se reflejaba en tradiciones familiares inquebrantables, como compartir la mesa diariamente, costumbre que sus hijos han perpetuado con sus propias familias. 

Doña Rosario cultivó en sus hijos un profundo amor por Panamá, ese país que la acogió en su juventud y al que dedicó su vida entera. Los paseos familiares por todo el territorio nacional sembraron en ellos el mismo arraigo por la tierra istmeña que ella sentía como propia. 

Servicio Social: La Verdadera Vocación 

Si algo definió a doña Rosario más allá de sus éxitos empresariales, fue su vocación de servicio. Como compañera incansable de don Lázaro en las actividades del Club Rotario de Panamá, siempre estuvo dispuesta a dedicar su tiempo, esfuerzo y recursos para el beneficio de quienes más lo necesitaban. 

Sus dos grandes pasiones en el ámbito social fueron La Ciudad del Niño y Hogares Crea, proyectos en los que volcó su energía con la misma determinación que mostraba en sus emprendimientos comerciales. Sin embargo, como señalan quienes la conocieron de cerca, la mayoría de sus obras de beneficencia permanecieron en el ámbito privado, fieles a su humildad característica. 

Reconocimientos y Distinciones 

El servicio ejemplar de doña Rosario a la sociedad panameña no pasó desapercibido para las instituciones del país. Entre sus más destacados reconocimientos figura la Orden Manuel Amador Guerrero, la máxima distinción civil que otorga el Estado panameño a quienes han realizado servicios eminentes a la Nación. Este galardón coronó una vida dedicada al desarrollo económico y social de Panamá. 

Además de ser distinguida como Rotaria Honoraria Vitalicia por el Club Rotario de Panamá, doña Rosario recibió numerosos reconocimientos de organizaciones sociales, instituciones educativas y entidades comerciales que vieron en ella un modelo de liderazgo, integridad y compromiso con el bienestar colectivo. 

El Matrimonio como Ejemplo de Vida 

Para quienes tuvieron el privilegio de conocer a los Gago Salinero, su matrimonio representó un modelo de amor, respeto y compañerismo. “El ejemplo que vimos en este matrimonio es único e irrepetible. Nos marcó a todos”, recuerda su hijo Ricardo. 

Entre don Lázaro y doña Rosario existía una simbiosis perfecta, un entendimiento que trascendía las palabras. Él, con su carácter afable y generoso; ella, con su espíritu luchador y emprendedor. Juntos formaron una alianza inquebrantable en la que cada uno encontró el espacio para florecer y desarrollar sus capacidades al máximo. 

Un Legado Que Perdura 

A sus casi 93 años, doña Rosario mantenía una vitalidad envidiable para personas mucho más jóvenes. Sus visitas regulares a La Casa del Jamón, para “pasar revista” como solía hacer en sus años como empresaria activa, eran testimonio de su espíritu incansable. 

Hoy, el Club Rotario de Panamá honra la memoria de esta extraordinaria mujer que encarnó como pocos seres humanos  los valores de servicio, de la integridad y del compromiso comunitario que definen nuestro movimiento. Su ejemplo seguirá inspirando a generaciones de rotarios y rotarias quienes, como ella, creen en el poder transformador del servicio desinteresado. 

En palabras que alguna vez compartió la propia doña Rosario: “Recibí tanto amor de todos que nunca recuerdo soledad”. Ese amor que recibió de su familia en la infancia, y, más adelante, de don Lázaro, creció en ella y tocó cientos de vidas a su alrededor. Hoy, ese mismo amor se multiplica en el recuerdo  que todos guardamos de ella y en su huella perdurable en la tierra. 

Descanse en paz, doña Rosario Salinero de Gago, Rotaria Honoraria Vitalicia. Su legado vivirá eternamente en cada vida que transformó con su generosidad,  en los valores que sembró y en la inspiración que su vida es para quienes la conocimos y la quisimos.