DISCURSO DE LA PRESIDENTE ENTRANTE DEL CLUB ROTARIO DE PANAMÁ
¡Queridísimos Compañeros Rotarios, invitados especiales, amigos todos!
Quiero decirles que me cuesta mucho leer discursos. Quien me conoce, sabe de esa singularidad. Ante todo, quería comentarles ¿por qué soy rotaria? Porque gana más el que mejor sirve. Soy rotaria porque, en la amistad con ocasión de servir, he conocido grandes amigos. Soy rotaria porque entiendo que dar de sí, antes de pensar en sí, es lo que hace la diferencia. Soy rotaria también, y se los tengo que confesar, porque era rotaria antes de estar en este club y no lo sabía. Porque profesaba el Rotarismo y no lo sabía. Me sentía realmente absolutamente identificada antes de ser formalmente Rotaria.
Quiero resaltar la singularidad del Club Rotario de Panamá. Es un club fundado el 1 de noviembre de 1919, prácticamente con la república. Es un club que inicia con Harmodio Arias. Hemos encontrado los
discursos cuándo Belisario Porras laudaba a los rotarios. También puedo decirles que los laudaba porque, en ese momento, había graves situaciones en las calles de Panamá y los rotarios fueron, con pico y pala, a arreglar las calles de la ciudad. Aunque ustedes no lo crean: es historia patria. Y puedo decirles también que los rotarios fueron los que pidieron a voz alzada que hubiera un puente que reemplazara el ferry. Son iniciativas que, a veces, las personas desconocen. Creo que es importante entender quiénes somos, para comprender la responsabilidad de ser presidente y de quiénes somos como club. En realidad, nosotros, como club, somos mágicos: logramos sinergia. Cada uno de nosotros somos diferentes. Bienvenida la diversidad, porque eso es lo que hace grande al Rotarismo nuestro compromiso, nuestro sentido de
servir, de hacer la diferencia, entendiendo que, desde la imaginación, podemos lograr construir un mundo diferente. “Todo empieza con un sueño”: así decía Walt Disney.
Quiero comentarles también que en este momento, más que nunca, es necesario que nos enfoquemos en ayudar a los demás.
Justo ayer, leía que la UNESCO advertía que miles de millones de dólares perderíamos como economía mundial si no invertimos en educación. Y es por eso que me siento muy complacida de decir que vamos a continuar con nuestro proyecto del año. Debo agradecer la iniciativa de Carlos Voloj y, por supuesto, de Annibale dal Verme. Con la presidencia de su servidora, serán tres años, con un enfoque en dos escuelas. Aquí tenemos con nosotros a las directoras y a los representantes de los Centros Educativos Básicos Generales Estado de Minnesota y Lucas Bárcenas. Para nosotros, es muy importante su presencia aquí porque, al final, son quienes nos ayudan a construir lo que hacemos. Estamos haciendo lo correcto y nos sentimos orgullosos.
Quiero contarles también que en esta presidencia nos vamos a enfocar en dos pilares. Uno es en la imagen del club. Muchas son las anécdotas que les he contado que mucha gente las desconoce. Vamos a hablar de qué hace Rotary y ojalá que esa historia brille y sea efectivamente reconocida como merece.
También nos enfocaremos en fortalecer nuestros lazos de amistad. Va a haber mucho más trabajo con nuestra membresía. Así esperamos que sea.
Yo quisiera, además, decirles que, en lo personal, para mí es tan emocionante estar aquí por varios motivos. Quiénes me conocen bien, saben que soy una persona de símbolos.
El traje que tanto les ha gustado en realidad me lo compró mi mamá. Tiene 27 años. Lo he usado en ocasiones muy especiales en mi vida. Porque hoy es una gran ocasión, estoy con la presencia de mi madre justo aquí con nosotros, dándome la bendición también.
Quiero remarcar el gran agradecimiento que siento por todas las personas que me han ayudado y, en especial, toda mi Junta Directiva que es extraordinaria; así como todos mis compañeros.
Hoy quiero hablar de una persona que es mi inspiración; que me mueve el piso; que me hace feliz y es el gran amor de mi vida. Está aquí: gracias, Fernando Miguel, por toda la alegría que me das; gracias por hacerme mejor persona; gracias por inspirarme todos los días a ayudar. Eres muy importante para mí. Y, finalmente, solo agradecerles nuevamente.
Gracias por el honor de servir. ¡Prometemos que va a ser un gran año rotario!